Sabemos que todo lo que consumimos afecta a nuestro organismo y nuestra salud integral, causando efectos positivos o negativos desde las uñas de nuestros pies, hasta nuestro cerebro. Incluso, como nos sentimos tiene el mismo efecto en nuestra forma de comer, haciéndonos elegir unos alimentos sobre otros o más o menos cantidades de los mismos.
Así, cuando alineamos nuestra salud mental con nuestra alimentación podemos gozar de gran salud y bienestar; por el contrario, podemos llegar a desarrollar problemas alimenticios como obesidad, bulimia, anorexia, y otras.
Por eso, es tan importante alinear nuestras emociones con nuestra dieta, de forma que podamos alcanzar un equilibrio saludable, sin altibajos ni problemas, que puedan desencadenar trastornos de salud. Y es aquí cuando interviene la psiconutrición o psicología de la alimentación.
¿Qué es la psiconutrición?
La Psiconutrición o Psicología de la Alimentación, es la ciencia que estudia nuestra relación con la comida, tomando en cuenta nuestras emociones, conductas, contexto social y relaciones y como estas inciden en nuestra alimentación.
De esta forma, busca dar respuesta a los trastornos alimenticios que podría estar sufriendo una persona como los son el comer compulsivamente, los atracones, la ansiedad por la comida, rechazo al cuerpo, dietas crónicas… y otras dificultades; aunque también se enfoca en otros problemas a los que son difícil emitir un diagnóstico pero que igual son importantes de tratar.
La idea es ofrecerle al paciente estrategias que le permitan trabajar de manera positiva su relación con la comida, partiendo del punto de que la manera en la que comemos refleja la forma en la que nos sentimos y cuanto nos queremos.
Y es que la psicnontrición busca que el paciente tenga consciencia sobre sus creencias en cuanto a la comida y su propio cuerpo, de forma que logre dar con una nueva forma de relacionarse consigo mismo y su cuerpo que sea más sana y le traiga más beneficios.
También busca luchar con esa tendencia que tienen muchas personas de refugiarse en la comida para calmar emociones desagradables o para reflejar frustraciones o depresiones y que tanto daño le hace a la salud del individuo. Refugiarse en la comida ante los problemas puede parecer un mecanismo de supervivencia muy efectivo al principio, pero si lo tomamos como un hábito puede acarrear problemas como aumento de peso, colesterol, diabetes, culpa, obsesiones y sentimientos negativos, entre otros.
Esto porque si le damos rienda suelta a un hambre que proviene de las emociones, terminaremos por causar estragos en nuestro físico, lo que luego nos llevará a sentir culpa y malestar, que nos volverá a llevar a caer en la comida, comenzando un círculo vicioso del que es muy difícil salir.
Hablamos de hambre emocional, para referirnos a una conducta desadaptativa basada en las emociones. De esta forma, la comida se convierte en un refuerzo de corto plazo para dejar de sentir estrés, ansiedad, miedo o aburrimiento.
Después de dicha conducta, aparecen sensaciones negativas (culpa, malestar…) de forma que volvemos a recurrir a la comida para sentirnos mejor, creando círculo vicioso que nos hace repetir nuestras conductas dañinas una y otra vez, sin permitirnos tomar una salida saludable del problema. Por eso, se vuelve imprescindible la intervención de un profesional experto. Acompáñanos a conocer las consecuencias de tener una mala relación con tu alimentación.
Trastornos de la conducta alimentaria
Los TCA son trastornos mentales relacionados con la ingesta de comida y la obsesión por la figura corporal y que aparecen detonados por diferentes causas de origen psicológico, familiar, sociocultural y biológico. Algunos de estos son:
- Anorexia nerviosa
- Bulimia nerviosa
- Trastorno por Atracón
- Ortorexia
- Vigorexia
- El atracón
Conozcamos a profundidad como se comportan algunos de los más comunes
- El atracón
Todos conocemos a que nos referimos cuando decimos “atracones de comida”, solo que los asociamos con esos momentos de placer en donde tú, el sofá y la televisión están teniendo una cita cargada de ricos snacks, o cuando te preparas para ir a una boda y degustar todo lo que te pase por el frente. Lo que no muchos saben es que esto puede convertirse en un verdadero problema para la salud cuando comienzan a darse con más continuidad, en cualquier ocasión y sin razón alguna.
Las personas que recaen en este hábito son personas con algún problema que les lleva a caer en estos atracones de forma descontrolada y luego, sentir vergüenza.
El reto aquí es poder diagnosticar el problema, ya que no se presentan síntomas físicos, más allá de cierto nivel de sobrepeso, y podría pasar por solo simples gustos que la persona se da de vez en cuando; sobre todo, porque la mayoría de las veces la persona se dará estos atracones a escondidas.
Sin embargo, este problema si que suele venir acompañado por conductas como:
- Consumir grandes cantidades de alimentos
- Comer rápidamente durante los atracones
- Comer hasta estar incómodamente lleno
- Comer a escondidas
- Sentirse fuera de control
- Se siente deprimido, disgustado, avergonzado, culpable o molesto por su alimentación
- Sigue dietas de forma frecuente pero sin ningún resultado
- Pierde y gana peso con facilidad
Estos atracones pueden deberse a variedad de causas entre las que pueden estar los antecedentes familiares del paciente, los factores biológicos, la dieta a largo plazo y problemas psicológicos.
Así, las consecuencias pueden ser la depresión, frustración, baja autoestima y la obesidad, la cual, a su vez, puede traer las siguiente consecuencias a la salud:
- Hipertensión arterial
- Diabetes
- Colesterol elevado
- Cálculos en la vesícula biliar
- Cardiopatía
- Ansiedad por comer
Muchas personas siempre están pensando en comer, justamente porque su organismo necesita algo que deben darle y en vez de descubrir que es, intentan llenar la carencia con más y más comida.
En estos casos, lo que se debe hacer es identificar por qué la persona siente que debe estar comiendo todo el tiempo, que es eso que le hace falta y le hace sentir ese vacío y tomar la responsabilidad de hacer los cambios necesarios para darle un equilibrio a su vida y a sus hábitos de alimentación.
- Comedores compulsivos
Los comedores compulsivos son esas figuras que ya hemos descrito que caen en atracones y ansiedad por la comida. Estos ingieren alimentos en grandes cantidades, incluso cuando están llenos y sin ninguna razón, y luego sienten vergüenza y culpa por haberlo hecho ya que saben que le están haciendo un daño a su organismo y a su figura.
Sin embargo, es muy difícil tomar acción ante el problema que saben que tienen, porque este ya funciona al nivel de una adicción, igual a la que desarrollamos con otras sustancias como el alcohol o las drogas, con las cuales se evitan sentir emociones desagradables y en las que solemos caer cada vez que un sentimiento no deseado nos ataca.
Así, los problemas de peso, la baja autoestima, ansiedad y tristeza, son propias de comedores compulsivos, a los cuales se les recomienda buscar ayuda profesional para poder dar un paso fuera de su círculo vicioso.
Neurogastronomía: ¿cómo puede ayudarnos la psicología de la alimentación?
Como dijimos anteriormente la psicología de la alimentación busca darle herramientas al paciente para que pueda luchar contra su trastorno alimenticio, cualquiera que este sea y sin importar las cusas que lo detonen. Así, una de las últimas tendencias que cumplen con este objetivo es la neurogastronomía.
La Psicóloga Patricia Sánchez, experta en psicología de la alimentación, nos explica que esta es una técnica que reconoce la alimentación como un acto más allá de lo netamente instintivo, es decir, que más bien es un proceso en el que interviene nuestro cerebro, nuestros cinco sentidos, y ciertos aspectos psicológicos como las expectativas, la memoria o las emociones.
Así comemos por muchas razones, para recibir nutrientes, para disfrutar de un momento con nuestros seres queridos, etc. Entonces si logramos ver el acto de comer como un proceso donde interviene un sinfín de factores, podremos descubrir las razones que nos llevan al trastorno y desarrollar nuevos hábitos alimenticios que nos permitan una vida y un estado físico y emocional más saludable.
Alimentación para mejorar nuestro bienestar
A continuación, te recomendaremos algunos alimentos que podrías ingerir para comenzar a hacer un cambio hacia una alimentación más sana y beneficiosa:
- Pavo
- Pollo
- Leche
- Queso
- Pescado
- Huevos
- Tofu
- Soja
- Nueces
- Chocolate
- Semillas de chía
Igualmente estos son algunos consejos útiles para mejorar tu relación con la comida:
- Cuando estamos en un ambiente relajado comemos menos, práctica crear este ambiente en tus horas de la comida.
- La música ambiental de donde comemos ejerce una gran influencia sobre nuestra percepción de la comida. Por ejemplo, la música rock de fondo hace que comamos más rápido y, por tanto, consumamos más calorías. Por eso intenta comer con música más relajante y alegre que más bien te permita disfrutar de los alimentos con calma.
- El color de los recipientes donde servimos nuestros alimentos realza su sabor y aroma, busca una forma de hacer ciertas comidas más apetitosas con esta técnica.
- Ver la televisión nos distrae y hace que comamos más. Por eso, si estás intentando darle fin a tus atracones, intenta no encender la televisión cuando te coloques frente a un plato de comida.