Ha muerto un ser querido, llantos, pena, tristeza, sentimiento de culpa, alivio, consuelo… son algunas de las emociones que la muerte de un ser querido provoca entre sus familiares y amigos más allegados. Escenas de dolor se repiten en los funerales y velatorios, deseos de bondad para los que se quedan y de repente todos nos agarramos a la vida y haciendo gala de una bondad de corazón ilimitada, nos lamentamos de las ocasiones, en las que la ira y el orgullo, nos han llevado a sentir malos deseos hacia los demás, de las veces en las que no hemos sabido valorar la vida, y la salud, de los enfados con los hermanos y hermanas, con los amigos de toda la vida, o con nuestro padre o nuestra madre.
Pero todos esos buenos deseos se acaban cuando llega el momento de heredar. La herencia, es uno de las causas que provocan más enfrentamientos en el núcleo familiar, llegándose a separar familias enteras, y a producirse verdaderas peleas entre los hermanos. La herencia, al final, trae más problemas de los que soluciona.
Hace poco que recibimos la dolorosa noticia de la muerte de mi suegra, estaba muy enferma la pobre, y considero que la muerte en este caso, era un mal menor, ya que la pobre sufría mucho y, en cierta medida nos sentimos aliviados. El caso es que esta mujer, tenía mucho dinero, y también muchos hij@s, 4 nada más y nada menos, y ya nos imaginamos en casa que el tema de la herencia iba a traer cola.
Así que el día acordado nos presentamos todos en la notaría Tarancón a fin de proceder al reparto de la herencia, y ahí ya empezaron las discusiones. Allí nos dijeron que esa era la última voluntad de mi suegra, y que allí mismo se había certificado el testamento. Esta notaría siempre le ha ofrecido mucha confianza a mi suegra, y acudía a ellos siempre que se hacían necesarios los servicios de un notario. En esta notaría ofrecen a sus clientes atención personalizada y profesional, además de todo tipo de servicios notariales, asesoramiento a medida y redacción de documentos públicos.
Mi marido, el mayor de los hermanos, salió bastante bien parado en el tema del reparto. Tenemos 3 hij@s y puede que mi suegra pensase que en un futuro podríamos necesitar más que el resto de los hermanos, que exceptuando a la pequeña, que tenía un niño, los demás no tenían pensado formar una familia, al menos por el momento. Puede además, que el hecho de que a partir de la muerte de su esposo, mi suegra se trasladara a vivir a nuestra casa con nosotr@s, hubiera influido en su decisión de dejarnos una mayor parte de la herencia.
Con la herencia resurgen las rencillas familiares
El caso es que a sus hermanos, no les pareció tan buena idea. De repente, todos habían dejado sus vidas por ella, por cuidarla, todos eran sus favoritos y a todos les había hecho promesas. Mi cuñada alegaba que ella también tenía un hijo y mis otros dos cuñados, las personas más egoístas y misóginas que he visto en toda mi vida, afirmaban haber tenido una conversación con mi suegra en las que les prometía dos apartamentos que la familia tiene en la costa.
Mi pareja siempre ha tenido una buena relación con sus herma@s, incluso con el tercero, un desposta insufrible con aires de grandeza y un coche muy, muy, caro, pero se ve que quería más, y el reparto en cuestión le pareció bastante injusto. ¡La de barbaridades que llegaron a salir de su bocaza! Espero que algún día tenga el sentido común suficiente para pedirnos perdón a todos.
El segundo, callaba, siempre ha sido callado, pero en este caso considero que debería haberse metido en la discusión, si no para defender a su hermano, sí para hacerlo callar en ese momento y lugar tan inapropiados.
La pequeña lloraba y se quejaba de que a pesar de quererla mucho, su madre nunca la había valorado lo suficiente, y que sentía no haber pasado más tiempo con ella, pero como siempre metía el niño para justificarse.
En fin, un espectáculo lamentable que espero nunca tengáis que vivir…