Una de las máximas que deben ser tenidas en cuenta por parte de la Junta Directiva de una entidad de cara a tener éxito consiste de mantener perfectamente limpio y cuidado el exterior del edificio en el que operan sus trabajadores. Esta acción forma parte de lo que se conoce como el mantenimiento de una imagen de marca y eso es imprescindible si se quiere poner la primera piedra del futuro de la compañía.
A pesar de dicha importancia, muchas entidades se decantan por no contar con un departamento de limpieza en su organigrama. La opción que manejan, por el contrario, consiste en la contratación de otra empresa que se encarga de esas labores y que es por tanto la responsable de esa imagen de pulcritud que debe proporcionar el edificio o el local comercial en el que la empresa que la ha contratado desarrolla su actividad.
Hace alrededor de un año comenzó mi periplo profesional en una empresa dedicada al desarrollo de aplicaciones web que opera en la ciudad de Barcelona. Debido a mi amplia experiencia como Ejecutivo en un par de compañías más, los dirigentes de la empresa me ofrecieron formar parte de la Junta Directiva para encargarme de inspeccionar elementos como el de la limpieza del edificio, entre otros. Iba a tener bastante trabajo en este sentido.
No me gustaba cómo se estaba trabajando desde mi empresa el tema de la limpieza exterior. Teníamos contratada a una empresa que se dedicaba a ello pero que lo hacía, a mi juicio, mal. Me di cuenta de que los ventanales de todas las plantas del edificio nunca estaban completamente limpios, algo que me molestaba y hacia que la visión que tenían todos aquellos que lo visitaban o que lo veían desde la calle no fuese todo lo buena que necesitábamos.
Necesitábamos encontrar una empresa de limpieza que de verdad estuviera comprometida con aquella imagen que pretendíamos darle al negocio: una imagen de pulcritud, de modernidad. Para ello era imprescindible mantener un servicio de limpieza de carácter regular y que contara con gente experimentada y eficaz. Comencé a darle vueltas al asunto y recordé que, en Servinet del Vallès, existiría un equipo de profesionales como el que yo buscaba y que había cumplido con el cometido de mantener una limpieza soberbia en la empresa para la que anteriormente yo había trabajado. Se trataba de una señal inequívoca: ellos eran los candidatos perfectos para nosotros.
La misma eficacia que en el pasado
Me puse en contacto con Servinet del Vallès lo más rápido que pude para comentarles la situación. Allí era bastante conocido, se alegraron de volver a saber de mí y agradecieron que hubiera contactado con ellos para que se encargaran del servicio de limpieza de la empresa. Entonces comencé a respirar aliviado: sabía que se trataba de gente eficiente y gracias a la cual el servicio de limpieza estaba más que garantizado.
Y así terminaría siendo. Conseguí el compromiso de los profesionales de aquella entidad y desde el mes siguiente comenzamos a obtener las ventajas de su trabajo. El servicio de limpieza dió entonces un vuelco espectacular: todos los ventanales se encontraban limpios cada mañana y había dejado de existir la suciedad en nuestro edificio. Todos los trabajadores de la compañía lo notaron y estaban muy agradecidos con el nuevo servicio.
Hemos seguido trabajando con Servinet del Vallès y los resultados han continuado siendo igual de buenos. Desde la Junta Directiva ya han sido varias las veces que me han felicitado y agradecido la decisión que tomé a la hora de decantarme por ellos para confiar una cuestión como la limpieza de nuestro centro de trabajo. Estoy seguro de que jamás me arrepentiré de haberla tomado. No tendría sentido arrepentirse de trabajar con los mejores.