De entre todas las fobias, una que suele ser muy común y conocida, es la fobia al dentista. Por supuesto, a nadie le agrada tener que sentarse en la tan temida silla del odontólogo y dejar la boca expuesta ante agujas y aparatos chirriantes; pero hay personas que de verdad sienten una ansiedad tan extrema que evitan ir a consulta a pesar que sea de urgencia extrema.