Breve guía para comprar un inmueble

Comprar una vivienda es algo que la mayoría de personas tiene que hacer, por lo menos, una vez en la vida. Aunque algunos se zafan hábilmente de esta tediosa tarea, pues prefieren vivir del alquiler, con sus padres, compartiendo piso o en plan nómada. No obstante, para la inmensa mayoría es una de las metas vitales más importantes. Llegado el momento, es necesario ponerse manos a la obra y buscar ese inmueble soñado que se convertirá en hogar.

Ante la inevitable duda sobre si es mejor comprar que alquilar, podemos argüir aspectos relevantes tales como que la cuota de la hipoteca suele ser inferior a la del alquiler o que al comprar, revalorizas tus ahorros y obtienes rentabilidad por tu dinero. Otros aspectos que se pueden considerar son que puedes alquilarla en el futuro, venderla o dejarla a tus familiares como herencia. Así como evitar estar pendiente de renovaciones del alquiler o subidas de cuota.

Estos argumentos, resultan muy valiosos para acabar de convencerse y decantarse por comprar un inmueble en propiedad. Por lo tanto, si has llegado hasta aquí, es posible que ya tengas más que sabido todos estos argumentos y alguno más, por lo que vamos a tratar de ofrecer una breve guía sobre la mejor manera de comprar el inmueble, en este caso, vivienda, ideal. Para ello, hemos contado con la colaboración de Nordicway, una agencia inmobiliaria con larga trayectoria en el sector que, nos aseguran que lo primero, a parte del convencimiento, es acercarse al sector. Tener claro de si se trata de un buen momento para comprar, no solo a nivel personal, también a nivel mercado. Conviene analizar el mercado inmobiliario, conocer la evolución de los tipos de interés y las zonas con mayor demanda.

Por otro lado, es necesario tener claro si se quiere comprar como inversión, puesto que permite rentabilizar los ahorros, protege de la inflación y puede revalorizarse. Es decir, contemplar la rentabilidad. O si por el contrario, la pretensión es construir la vivienda desde cero, en cuyo caso, se requiere un arquitecto, una constructoras y una hipoteca diferente.

Queremos comprar, toca echar cuentas

Una vez que has analizado las cuestiones anteriores y te has planteado y replanteado la posibilidad de convertirte en propietario, si la opción elegida es comprar, toca otro tipo de análisis: el económico.

Primeramente, hay que tener claro que el proceso de compra de un inmueble, pasar por conocer el tipo de casa que te puedes permitir. Para saber esto, hay que calcular el precio de la vivienda que se puede comprar en función de los ingresos disponibles. Este dato, proporciona una idea del barrio o zona en el que puedes empezar la búsqueda, así como si puedes permitirte una casa nueva o de segunda mano. Es decir, si cobras mil euros, tus opciones son bastante limitadas. Lo que nos lleva al siguiente paso: el presupuesto.

Viene bastante bien hacer esos números que consisten en sumar dos más dos, a ver si cuadra. El dinero disponible, el necesario para la adquisición, los gastos habituales… Para comprar un inmueble, es necesario contar con treinta por cien del precio de la vivienda, lo que abarca la entrada, los gastos y los impuestos. Una vez concedida la hipoteca, la cuota mensual, no debe superar el treinta y cinco por cien de los ingresos.

Por lo tanto, hay que tener en cuenta, los gastos que va a suponer tener una vivienda en propiedad. Esto incluye la compraventa, con su entrada, un diez por ciento de gastos de gestoría, etc. La casa, con sus seguros, mantenimiento, comunidad, IBI, reforma en caso de ser necesario… La hipoteca, el matrimonio con el banco, sea fija o variable, va a formar parte de tus gastos mensuales.

Números echados y cuentas en orden, toca buscar. Buscar, observar, comparar… tomarse tiempo es esencial para elegir la vivienda adecuada. Al visitar cada inmueble, conviene revisar el estado general de la vivienda, tanto por dentro como por fuera. Considerar la orientación, la luz, el ruido, la distribución o el edificio, para no llevarse sorpresas después. Esto nos lleva a conocer el barrio, comprobar su comunicación, si es buena o mala, y comparar el precio con otros inmuebles de la zona.

Sobre si es mejor comprar una casa nueva o de segunda mano, podemos decir que las viviendas antiguas son, obviamente, más económicas. Pero claro, necesitan reforma lo que supone mayor gasto, Las nuevas son eficientes… pero más caras. Conviene comparara opciones y tener muy, pero muy claro lo que se quiere.

Tras una larga aventura inmobiliaria, has encontrado el inmueble ideal. Sea nueva o reformada, en un barrio o en las afueras, es la hora de iniciar los trámites necesarios para que esa vivienda, sea tu hogar.

Quiero esa casa

Ya tienes claro que esa es la propiedad que quieres. El lugar en el que quieres vivir y donde quieres tener tu hogar. Ahora toca calcular el valor de la casa, para conocer de antemano el valor que va a resultar de la tasación y, saber si el precio de compraventa es similar.

Una vez acudas al banco a solicitar la temida hipoteca, amablemente te tasará la vivienda. Si el valor de la tasación no coincide con el precio de compraventa, ojo, se quedará con la referencia de menor importe para conceder la hipoteca. El banco puede financiar hasta el ochenta por cien del valor que proporcione la tasación en el caso de tratarse de una vivienda para uso habitual, pero baja al setenta en casos de segunda vivienda.

Ahora toca obtener la documentación necesaria. Lo primero, la nota simple. En ella se encuentra la información relativa al inmueble, si tiene cargas, su propietario, etc. Es muy conveniente solicitar el certificado energético y la última IT para conocer y valorar el estado en el que se encuentra el edificio, así se evitan sorpresas a posteriori.

No olvides que hay que reservar esa vivienda para que nadie se la quede. Si todo está en orden, se puede negociar el precio y realizar una contraoferta. En el caso de que la agencia o el propietario acepte, hay que firmar un contrato de arras para que el compromiso de compraventa sea firme.

En tanto se realizan estos trámites, se puede ir tanteando a los diferentes bancos para solicitar la hipoteca. Valorar las opciones que ofrece cada entidad, sopesar la hipoteca variable o fija, los años de ejecución de la misma… es algo que conviene hacer antes de elegir uno. Habrá quien te dé más por menos y habrá quien te ponga trabas de todo tipo.

Elegir hipoteca, puede resultar tan complicado como la elección de la casa, pero una vez elijas el banco con el que contraer nupcias, existen algunos truquillos para pagar menos por la hipoteca. Los descuentos más habituales que puedes encontrar de manos de una entidad bancaria, suelen asociarse al tipo de interés y se ofrecen al contratar determinados productos bancarios o cumplir algunos condiciones. Entre ellas, domiciliar la nómina o ingresos en la cuenta a la que esté asociada la hipoteca. Otra opción que puede repercutir en la bajada del interés, es contratar un seguro para la vivienda y protegerla de los posibles percances y problemas que puedan producirse. En el caso de realizar la contratación a través del mismo banco, es posible mejorar las condiciones. Por último, contratar un seguro de amortización del préstamo, garantizando así el pago de la hipoteca en caso de pérdida de ingresos o fallecimiento de la persona titular.

En algunas ocasiones, la misma entidad bancaria se presta a acompañar al comprador de la vivienda durante todo el proceso. Desde la recopilación de la documentación necesaria, hasta la entrega de las llaves. El banco se ocupa de realizar un estudio previo de la viabilidad de la operación, el gestor solicitará las nóminas, los contratos, las rentas, etc. Por otro lado se ocupara de realizar la tasación con la finalidad de calcular el valor real de la vivienda y, en base a ello, el importe final de la hipoteca. En el caso de que se apruebe la hipoteca, se encargan directamente de efectuar las gestiones necesarias para la contratación de la misma. Por último, llega el momento crucial, una vez todo este apunto y preparado, solo queda acordar un día y una hora para acudir al notario y firmar. Momento en el cual, te conviertes en propietario de la vivienda y adquieres un compromiso con el banco.

Comprar una vivienda es algo que se torna necesario en algún momento de la vida. Antes o después, la gran mayoría de las personas, tienen que pasar por este trance, algo que en nuestro país, es más que habitual. En otros países, la compra de bienes inmuebles no se contempla del mismo modo, siendo el alquiler, la primera opción para vivir. No obstante, como hemos podido comprobar en esta mini guía sobre la compra de un inmueble, se trata de toda una aventura, la de la búsqueda del hogar en el que se pretende pasar el resto de la vida, aunque esto no sea, a fin de cuentas, más que una utopía, puesto que nos encanta el cambio. En cualquier caso, se trata de una aventura que, en principio, tiene un final feliz.

 

 

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