Los efectos terapéuticos del arte.

Arte-terapia

Vamos a hablar del arte-terapia. Una novedosa terapia psicológica que ayuda a las personas a combatir el estrés y la ansiedad y nos permite sacar a la superficie nuestros pensamientos más ocultos. Sin duda, una herramienta para aclarar nuestra mente y abordar una gran variedad de desórdenes mentales.

A finales del siglo XIX, Sigmund Freud ya hablaba de la relación entre el arte y la mente. Según el padre del psicoanálisis, la actividad artística facilita el apaciguamiento de los deseos no tramitados. Lo hace por partida doble.

Por un lado, el creador, o artista, sublima sus pasiones en el arte y las canaliza en forma de creación, dando salida a sus emociones. Así, la agresividad, la sexualidad, la melancolía, se reflejan en la forma en la que practicamos el arte.

Por otro lado, el espectador, lector u oyente, interpreta esas emociones por medio de un proceso mental de asimilación de la información que provoca en él una reacción emocional determinada.

Sigmund Freud decía que la creatividad se origina en un conflicto del subconsciente. La energía creativa es una derivación de la sexualidad infantil sublimada. La expresión artística procede de la reducción de esa tensión.

El arte es parecido a los sueños. Una combinación entre realidad y fantasía. Un canal por el que se comunica el subconsciente. Pero no debemos confundirnos, según el Colegio de Psicoanálisis de Madrid, en toda creación artística, al menos un 95% del resultado es elaborado de forma consciente. Hay tanta relación entre el subconsciente y el arte como la que podemos encontrar en el trabajo de un fontanero y su psiquis.

A pesar de esa apreciación importante, la práctica del arte ha abierto una interesante vía para abordar con éxito determinados trastornos psicológicos.

Qué es el arte-terapia.

El blog de psicología Divulgación Dinámica señala que según la  American Art Therapy Association (A.A.T.A.), el arte-terapia es una escuela de terapia psicológica que utiliza la práctica artística para mejorar y realzar el bienestar emocional, mental y físico de los individuos, sin importar su edad.

Para la B.A.A.T., la asociación análoga en Gran Bretaña, la práctica artística se usa como un medio de comunicación en su forma primaria. Es decir, una obra de arte nos transmite más información sobre el individuo de lo que nos aportan sus palabras.

Lo bueno que tiene una obra de arte plástico, como un cuadro, es que esa información queda registrada indefinidamente. Lo que nos da la oportunidad de estudiarla en profundidad y de compararla con otras obras de arte, del mismo individuo o de otro, para apreciar las evoluciones del trabajo psicológico.

El arte-terapia comenzó a utilizarse a finales de la Segunda Guerra Mundial como una herramienta para serenar a los soldados que venían del frente con algún problema psíquico. Los cuadros que pintaban o las obras de arte que realizaban les permitían exorcizar sus demonios internos y sacar a la superficie sus pensamientos más angustiosos antes de que se convirtieran en ideas rumiantes que les llevaran a sufrir una enfermedad mental grave.

El desarrollo de las vanguardias artísticas abrieron las puertas a utilizar el arte como un instrumento para expresar emociones y pensamientos. No solo como un documento que reflejaba la realidad.

Aparte de los artistas que ponían patas arriba la concepción que hasta ese momento se tenía del arte, esa forma de creación que se alejaba del arte realista y figurativo, permitía que cualquier persona se pudiera expresar con libertad a través de la creación artística.

La propia evolución del psicoanálisis, hasta el punto en el que se pudo desarrollar, permitió apreciar en las obras de arte determinados aspectos de la mente a las que hasta ese momento no se les prestaba atención.

Aunque eran conocidos de antes los efectos que tiene la creación y contemplación del arte sobre la mente humana, son el psicoanálisis, las vanguardias artísticas y la Segunda Guerra Mundial las que crean las bases para empezar a considerar el arte como una forma de terapia psicológica.

Hoy, el arte-terapia se usa en escuelas, para tratar problemas de aprendizaje, en residencias de ancianos, para frenar procesos neurodegenerativos, en centros psicológicos, para tratar trastornos de ansiedad, de estrés o alimenticios, o como terapia ocupacional.

Los beneficios del arte en la salud mental.

Practicar cualquier actividad artística nos reporta grandes beneficios para la mente. Estos son algunos de los más destacados:

  1. Reducción del estrés y la ansiedad. La realización de actividades artísticas promueve la relajación y ayuda a liberar las tensiones acumuladas, reduciendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Para determinadas actividades creativas como pintar un cuadro o tocar un instrumento, debes concentrarte en lo que estás haciendo, liberando tu mente de pensamientos recurrentes.
  2. Mejora la comunicación. El arte permite expresar emociones y pensamientos difíciles de verbalizar, lo que favorece la comunicación emocional. Se sabe que en los dibujos de los niños se percibe la relación que mantienen con los adultos y con otros niños. Se aprecia cuáles son sus preocupaciones. Lo mismo sucede con personas de mayor edad.
  3. Aumento de la autoestima. Crear arte fomenta el sentido de logro, aumentando la confianza y la valoración personal. El creador se siente satisfecho del trabajo terminado y de los avances que va adquiriendo con el tiempo.
  4. Fomento del pensamiento divergente. El arte nos permite desarrollar un pensamiento crítico y analítico. Al crear adoptamos un punto de vista determinado que, en ocasiones, puede cuestionar el mayoritario. El arte estimula la imaginación, la creatividad y la capacidad para encontrar soluciones innovadoras a los problemas.
  5. Desarrolla la inteligencia emocional. La actividad artística ayuda a identificar, gestionar y procesar emociones complejas, proporcionando un espacio seguro para la introspección.
  6. Mejora de la concentración. Otro de los beneficios de la práctica artística es que mejora la concentración, puesto que debemos poner toda nuestra atención en lo que estamos haciendo para crear la pieza deseada. Esto nos proporciona herramientas que podemos aplicar a otros campos de nuestra vida.
  7. Desarrollo de la resiliencia. La creación artística ayuda a las personas a afrontar y adaptarse mejor a situaciones difíciles, favoreciendo el manejo del dolor emocional y la superación de traumas.
  8. Estímulo cognitivo. La práctica artística potencia la memoria, la toma de decisiones y las habilidades de planificación, manteniendo el cerebro activo y saludable.
  9. Conexión social y empatía. Participar en actividades de arte en grupo facilita la conexión con otras personas que comparten con nosotros inquietudes y desarrolla habilidades empáticas, mejorando las relaciones sociales.

Cómo puedes aplicarlo.

Practicar alguna disciplina artística para sentirnos mejor es sencillo. Si quieres iniciarte en la pintura, por ejemplo, en internet tienes una gran cantidad de tiendas online de artículos para bellas artes como Artespray donde adquirir productos de gran calidad aunque seas un principiante. Yo mismo les he comprado en alguna ocasión tubos de pintura al óleo, basados en los colores que usaba Van Gogh para pintar algún lienzo. Lo he hecho solo por el placer de pintar. Te puedo asegurar que soy un simple aficionado.

Para iniciarte en el arte como terapia lo puedes hacer por tu cuenta o inscribiéndote en una de las múltiples academias de arte-terapia que hay repartidas por todo el territorio nacional. Lo bueno de acudir a un gabinete o a una academia es que la práctica artística está orientada por un profesional.

Pero, aunque decidas hacerlo por tu cuenta, los beneficios para tu salud mental y emocional son más que evidentes. Eso sí, debes ser constante. Tienes que convertirlo en un hábito. No puedes ponerte a pintar una mañana y dejarlo aparcado durante meses.

Solemos asociar el arte-terapia con la pintura, pero lo cierto es que son muchas las actividades creativas que podemos practicar para sentirnos bien.

Las artes plásticas como la pintura, el dibujo, la escultura o la cerámica hacen que desarrollemos la consciencia plena. Que nos centremos al 100% en la actividad. Algo que es positivo para combatir el estrés. Su efecto mental es parecido al que tendríamos si practicáramos yoga o mindfulness.

La escritura es otra de las artes que resulta beneficiosa para nuestra salud mental. Algunos psicólogos recomiendan a sus pacientes que escriban un diario para combatir trastornos de ansiedad o depresión. El acto de escribir permite poner en orden nuestros pensamientos. Nos enfrentamos a ellos de una forma más nítida que si solo los verbalizamos. Al plasmarlos en un papel, crean una sensación de desahogo. Nuestras preocupaciones han salido a la superficie.

Un ejercicio interesante es atrevernos a escribir una novela o una biografía. Tenemos que hacer un trabajo de construcción de personajes y de estructuración de la historia, que va más allá del simple gesto de reflejar los pensamientos que se nos pasan por la cabeza.

Una biografía nos obliga a revisar el pasado desde el momento actual, enfrentándonos a episodios ya vividos.

Aprender un instrumento y tocarlo con asiduidad es otra actividad que puede hacer que mejore nuestra salud mental y emocional.

Recuerda que para hacer arte-terapia no necesitas ser un artista fuera de serie, basta con ponerte a practicar y tomártelo en serio.

 

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