Donar bienes o dinero es una práctica habitual entre empresas, ONG y particulares. En el ámbito familiar, puede suponer una alternativa a la herencia. En el ámbito de la solidaridad, infinidad de anuncios invitan a hacerlo y uno de los reclamos es el importante beneficio fiscal que tiene para el donante, además de la ayuda que supone para quienes lo necesitan y la colaboración con una causa humanitaria. Pero conviene saber si es así en todos los casos, cómo funciona el sistema o qué se debe hacer para desgravar.
El significado de una donación
Se habla de donación cuando una persona, una empresa o una institución ceden sus bienes a otra. Estos pueden ser muebles o inmuebles (abarcan desde un escritorio hasta una vivienda), fungibles (si se donan alimentos) o monetarios (cuando se dona capital). Si el objetivo es construir un centro para personas en riesgo de exclusión social, las donaciones pueden abarcar desde el dinero para ponerlo en marcha hasta una caja de lápices, un cargamento de comida o el propio edificio. La cuestión es que siempre son artículos que están dentro del comercio, según establece el artículo 1271 del Código Civil.
En la práctica, son numerosas las aportaciones de este tipo que se hacen como regalos, ya sea para una institución o para alguien de la familia. Muchos padres obsequian mobiliario o electrodomésticos a sus hijos jóvenes y hay personas que regalan objetos para colaborar con una causa social, sin que ello quede registrado en ningún sitio. Cuando se dona dinero o bienes inmuebles es distinto, en especial, cuando el valor de los mismos o la cuantía monetaria son elevados. ¿La razón? Las donaciones están reguladas por ley. Por un lado, están sujetas a impuestos obligatorios y, por otro, para poder obtener un beneficio fiscal, debe haber constancia de ellas.
Cada ONG se guía por una misión y unos valores, y desempeña su tarea en un ámbito concreto de actuación, lo cual le permite especializarse en un sector determinado.
De igual modo, cada asociación sin ánimo de lucro puede establecer sus propias alternativas para donar. En líneas generales, podemos encontrarnos con este tipo de donaciones a ONG:
- Una donación periódica. Implica realizar donaciones de forma regular a una iniciativa solidaria de una ONG, por lo que, en la práctica, conlleva que quien materializa la donación se convierta en socio o socia suya.
- Una donación puntual. Permite realizar una donación puntual destinada, por ejemplo, a paliar los efectos de un desastre natural o contribuir a poner en marcha una iniciativa solidaria en concreto.
- Un microdonativo. Permite realizar donaciones por un importe muy reducido, por lo que posibilita que desde tan solo 1 € puedas colaborar con esa ONG.
- El apadrinamiento de un/a menor. Es una donación regular para amparar a un niño o niña y la comunidad donde reside, ofreciéndole una oportunidad para su desarrollo.
Los impuestos sobre donaciones
La donación de bienes o fondos está regulada por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, un tributo que recoge la Ley 29/1987, aprobada hace más de 20 años. Si bien esta legislación es de carácter estatal, su aplicación es de competencia autonómica, de modo que los gravámenes pueden variar (y de hecho, varían) según cada comunidad autónoma. País Vasco y Navarra tienen una normativa distinta, más favorable, y en junio de este año Cataluña aprobó una reforma del impuesto que quedó recogida en la Ley 19/2010.
Lo primero que debe distinguirse es que las sucesiones y las donaciones son procesos distintos, aunque los regule la misma ley. El impuesto a las donaciones es directo y personal, ya que grava los incrementos patrimoniales de las personas físicas. Entonces:
- ¿Sobre quién recae?Sobre el beneficiario, la persona favorecida por la donación.
- ¿En qué caso se paga? Cuando quien recibe el dinero o los bienes es una persona física y no una persona jurídica.
- ¿Cuánto se paga? La cuantía depende del importe del bien, ya que los tributos no son fijos, sino que se establecen por tramos y porcentajes. Los porcentajes y los tramos los fija cada comunidad autónoma y van del 7% al 34% del valor neto del bien que se va a donar.
- ¿Dónde se hace la gestión? La liquidación del impuesto se realiza en las delegaciones de Hacienda de la comunidad autónoma que corresponda. Si se donan bienes inmuebles, será la del lugar donde estos se encuentren. Si es dinero, será la del lugar donde resida el beneficiario.
- ¿En qué plazo? El límite para liquidar este impuesto es de 30 días hábiles, que se cuentan a partir del momento en que se han cedido.
- ¿Qué documentos hay que presentar? Para todos los casos, hay que presentar la primera copia de la escritura pública o del documento en el que conste cuál es la donación que se va a liquidar y entre quiénes se llega a ese acuerdo. Por tanto, deben figurar el NIF, DNI o CIF del donante y del beneficiario. Si hay bienes inmuebles, debe adjuntarse la copia del último recibo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles o el certificado del valor catastral.
Los beneficios fiscales de hacer una donación
Las donaciones no sólo tienen un gravamen, también ofrecen reducciones y deducciones fiscales, en este caso, para las dos partes implicadas: el donante y el receptor de los bienes.
- Al pagar el impuesto, se pueden deducir todas las cargas-sean perpetuas o temporales- que recaigan sobre los bienes y que disminuyan su capital o su valor.
- También se pueden deducir las deudas vinculadas a esos bienes, siempre que el beneficiario haya asumido la obligación de pagarlas.
- Las reducciones fiscales -en este caso, aplicables a quien dona- son de competencia autonómica, al igual que la cuantía del impuesto.
- Las donaciones a las ONGno son un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades, pero sí dan lugar a deducciones fiscales en la cuota. Para ello, la entidad beneficiaria tiene que haber optado por el régimen fiscal de la Ley 49/2002, que regula a las instituciones sin fines lucrativos y los incentivos fiscales al mecenazgo.
¿Son realmente necesarias las donaciones a entidades sin ánimo de lucro?
La población del mundo necesita ayuda; fíjate en algunos datos que nos alertan de la situación mundial de desigualdad que nos rodea:
- La población del mundo padece hambre. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017, señala que en el año 2016 ha aumentado en más de 800 millones de personas la cifra de población que sufre hambre en el mundo, en comparación con el año anterior. Además, hay más de 150 millones de niños y niñas menores de cinco años que sufren desnutrición crónica a nivel mundial.
- Persiste el trabajo infantil. Según la Organización Internacional del Trabajo(OIT), hay 152 millones de niños y niñas en el mundo que trabajan y, de estos menores, casi la mitad están realizando empleos peligrosos.
- Perdura la mutilación genital femenina. Según Unicef, actualmente hay 200 millones de mujeres y niñas que han sido sometidas a esta práctica.
- Hay menores que nunca han acudido a la escuela. Según nos indica Unicef, en el mundo hay 121 millones de niños y niñas y adolescentes que jamás han asistido al colegio.
Legadosolidario.org te recuerda que las donaciones son vitales para que se puedan desarrollar programas que planten cara a estas circunstancias y permitan que colectivos vulnerables recuperen sus derechos.
Estas constituyen un elemento fundamental en muchos proyectos, sobre todo si los recursos asignados para ellos o las contribuciones institucionales no logran cubrir las necesidades que los han impulsado.
Así mismo, esta aportación, generalmente particular, busca dar impulso a iniciativas de cualquier tipo. Quienes la realizan entienden la importancia de las labores que se prestan y por eso deciden donar dinero.
Dos razones de peso para hacer una donación
Entre las razones más significativas para realizar este tipo de acciones destacan las dos siguientes:
1) Compromiso social. Miles de personas toman la decisión de donar dinero para reforzar su compromiso social. Reconocen la existencia de un problema o una carencia en su entorno que necesitan ser solventados y se movilizan y actúan para lograrlo.
2) Satisfacción personal. El sentirse bien con uno mismo también es otra de las razones habituales para donar dinero. O mejor dicho, el hecho de saber que de alguna manera estamos ayudando a solucionar problemas del ambiente en el que nos desenvolvemos y a mitigar sus efectos adversos.
Además de la satisfacción de estar contribuyendo a una buena causa, lo que sin duda debe ser el fin principal de este tipo de contribuciones, a efectos tributarios, debemos tener en cuenta que las donaciones que realicemos a determinadas entidades pueden suponer un considerable ahorro en nuestra declaración anual, tanto en la declaración de la renta del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas si somos autónomos, como en la declaración del Impuesto de Sociedades en el caso de las personas jurídicas.
Finalmente, también hemos de tener en cuenta que en los últimos años se han introducido modificaciones sobre los porcentajes de deducción por las donaciones, incentivando la realización de las mismas.