Las habilidades y toda la formación adquirida, junto con la propia experiencia del ejercicio de la abogacía. Son habilidades que ,en cierta medida, no se enseñan en la Universidad, sino que se van adquiriendo con la práctica profesional.
Vamos a hablar más en profundidad de ellas:
Conocimientos técnicos
Los abogados tienen una serie de conocimientos en materia técnica en derecho que al final son una base importante de la profesión, como nos confirman los profesionales de fccabogados.es, lo que les permite que puedan hacer un asesoramiento jurídico de manera seria y rigurosa a sus clientes.
Aplicar la norma de carácter jurídico hace que haya que recurrir a una serie de recursos como la bibliografía, bases de datos y jurisprudencia, que hay que majear bien para poder dar una buena solución al caso que se confíe.
No olvidemos que es preciso conocer bien el derecho, pero también adquiere gran importancia acudir al sentido común que nos va a guiar a la hora de solucionar una serie de conflictos que se puedan producir.
Aptitudes comerciales
No solo bastan los conocimientos técnicos, la propia evolución del sector legal hizo que hubiese que adaptar despacho o bufetes a las exigencias del ejercicio moderno de la abogacía, donde el hecho de que se genere negocio se va a convertir en un eje fundamental. No valdrá con el dominio de la técnica a la perfección, teniendo una estrategia definida, los cual se orientará al cliente y que se de visibilidad al proyecto.
Los idiomas son importantes
Por lo general, contar con el inglés y alguno más, son ese plus que tiene una mayor importancia en el perfil deseado para el ejercicio profesional de la abogacía y que se tienen en cuenta por los despachos a la hora de seleccionar a los candidatos, siendo un requisito el saber ir desenvolviéndose en los entornos internacionales.
Todo va a depender de la clase de despacho en el que se va a ejercer, puesto que no va a ser igual un despacho donde no haya clientes de fuera de nuestras fronteras que otros donde sea fundamental saber idiomas por el entorno internacional en el que se van a desenvolver.
De la misma manera, incluso aunque no ejerzamos la profesión en el campo internacional es un plus que te dan más posibilidades.
Organización y planificación
El ejercicio de la profesión de la abogacía es un trabajo complejo que va a conllevar la necesidad de poder planificar. Hay que contar con una disciplina y permite organizar el tiempo de trabajo de manera fundamental, de tal forma que se puedan gestionar una serie de asuntos en sus plazos, lo que se ha dedicado a cada uno el tiempo que va a ser preciso para solventarlo con eficiencia y que sean resolutivos.
Capacidad de trabajo en equipo
Es vital que se tenga capacidad, puesto que existen casos que son complejos y que necesitan del análisis de importantes volúmenes en cuanto a información, por lo que es fundamental el saber coordinar a las personas y grupos al aunar esfuerzos y que se sepa delegar.
Se debe estudiar cada caso de forma más concreta y tomar la decisión de si precisa de que participan otros abogados.
Empatía y capacidad de comunicación
Los contactos son importantes para obtener clientes nuevos, por lo que es necesario contar con una habilidad para poder entablar una serie de relaciones de carácter interpersonales.
Es fundamental que se sepa escuchar a la clientela. Se suele decir que con muchos clientes los abogados hacen un poco de psicólogos, de tal forma que se cree una relación de confianza, que lo que hace es ir constituyendo la base de la abogacía.
Para ello hay que ofrecer un servicio de calidad e ir informando de la forma en la que van las cosas antes de que ellos nos vayan a preguntar, algo que se valora bastante.
Manejo de las nuevas tecnologías de la información
Conocer nuevas tecnologías y el hecho de saber utilizarlas, es preciso en el ejercicio de la profesión, donde redes sociales y blogs son unas importantes fuentes en materia de información.
Negociación
Es importante el que se sepa negociar los asuntos para poder llegar a una buena solución del problema. Todo ello va a implicar una técnica que se debe aprender y desarrollar.
Pensemos que es necesario valorar las variadas opciones para solucionar los conflictos antes de ir a juicio, siendo la última vía cuando las negociaciones son de lo más infructuosas. Los clientes desean resultados.
Seguro que ahora tienes un poco más claro qué es lo que se necesita un abogado para ser buen profesional, ¿no?