Muchos adolescentes sufren algún tipo de trastorno de conducta alimentaria. Los TCA surgen a cualquier edad, pero la mayoría de los casos se dan entre los 12 y los 18 años.
Pero en la actualidad hay niños con ochos años que sufren anorexia nerviosa, porque expresan una clara preocupación por el peso, pero no hay vómitos ni uso de laxantes.
El tratamiento en niños es más sencillo, pero si el pronóstico no se diagnostica a tiempo, es más peligroso que comenzara en la adolescencia.
Sus padres se dan cuenta de que el niño tiene esta enfermedad porque deja de comer y empieza hacer deporte de forma compulsiva. Muchos menores sufren esta patología por la presión social y familiar.
Las redes sociales provocan un incremento de TCA, sobre todo, entre los más jóvenes. Esto se debe a los retoques, el uso de filtros y la presión social sobre la imagen corporal.
Con la llegada de la pubertad se producen cambios corporales y biológicos. Pero algunos adolescentes no se sienten a gusto con estos cambios y empiezan a hacer dietas no saludables para adelgazar.
Las personas que sufren estos trastornos acarrean todo tipo de problemas de salud, como malnutrición y carencias alimentarias.
Los psicólogos de Centro psicoterapéutico Sur explican que el adolescente tiene problemas con la comida cuando se preocupa excesivamente por su físico, utiliza ropa demasiado ancha, evita comer determinados alimentos, recurre a los vómitos y aumenta su actividad física.
Varios estudios han descubierto que los perfeccionistas tienen más riesgo de padecer trastornos alimenticios. Otras causas que hacen aparecer estos trastornos alimenticios son: la inseguridad, la obesidad, la baja autoestima o un ambiente familiar desestructurado.
Estos trastornos de la alimentación suelen verse asociados con otros problemas como la depresión o el abuso de estupefacientes.
Muchas celebrities han confesado haber padecido bulimia como Ruth Lorenzo o María Patiño. Las personas bulímicas comen grandes cantidades de alimentos y luego vomitan para no engordar. Tambien usan laxantes y hacen ejercicio de forma excesiva.
En los atracones ingieren dulces, pasteles, chocolate o incluso pueden llegar a ingerir comida de la basura o congelada.
«Es importante recordar que un trastorno de la alimentación no es algo que se elija. La bulimia es una enfermedad compleja que afecta el funcionamiento del cerebro y la toma de decisiones. Sin embargo, un tratamiento eficaz puede ayudarte a sentirte mejor contigo mismo, a comer más sano y a revertir complicaciones graves», explican desde Mayo Clinic.
La pregorexia es un trastorno alimentario que se padece durante el embarazo, porque la gestante no quiere engordar y recurre al deporte.
Incluso, algunas embarazadas en los primeros meses de gestación realizan abdominales o ejercicios de impacto.
El doctor puede darse cuenta de que la paciente tiene este problema, si no aumenta, o pierde peso, si sufre anemia, caída de cabello, descalcificación ósea, baja producción de leche durante el postparto, etc.
Las gestantes con esta patología están obsesionadas con la imagen, no quieren engordar, intentan siempre comer solas, sea saltan las comidas, entrenan excesivamente, etc.
Las consecuencias para el bebé también pueden ser muy graves, porque aumenta el riesgo de alteraciones del tubo neural como la espina bífida, malformaciones óseas, parálisis cerebral, parto prematuro, malformaciones cardiovasculares, etc.
En la actualidad muchos adultos sufren ortorexia. Es aconsejable seguir una alimentación saludable y realizar ejercicio. Sin embargo, llevado a los límites puede generar este desorden alimenticio.
Las personas que sufren esta patología solo quieren comer productos ecológicos, y dedican mucho tiempo a informarse sobre las propiedades y elaboración de los alimentos.
Las consecuencias que puede tener la ortorexia para la salud son: desnutrición, anemias, carencias de oligoelementos, osteoporosis, depresión, baja autoestima, sentimiento de culpa, irritabilidad emocional, etc.
El síndrome del comedor nocturno (SCN) es otro trastorno bastante reconocible, ya que las personas que lo padecen se despiertan de madrugada con una fuerte necesidad de comer.
Comen muy poco durante el día, pero al llegar la noche ingieren una gran cantidad de alimentos. Las causas de este trastorno puede ser por el incremento del estrés nocturno, obesidad, alteraciones hormonales, etc.
No debe confundirse con la bulimia nerviosa porque, no hay vómitos y la ingesta solo es por la noche.
La persona que sufre este trastorno no desayuna, tiene un bajo estado de ánimo, se levanta durante la madrugada para consumir gran cantidad de comida, hace dietas durante el día y tiene problemas para dormir.
Las personas que sufren TCA pueden acudir a un psicólogo, porque la psicoterapia ayuda a reducir los síntomas y mejora la calidad de vida del paciente.
Para que el tratamiento sea efectivo es necesario que intervengan expertos en psicología, nutrición y psiquiatría. Es aconsejable que los familiares transmitan calma y colaboren con el tratamiento.